Alvaro Ruiz Hernandez (q.e.p.d.).
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Juan Carlos Jiménez

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Falleció Alvaro Ruiz, creador del ‘Código del terror’ y ‘La Ley Contra el Hampa'

El prestigioso locutor, director y libretista barranquillero deja una gran huella en la radio colombiana.

A la edad de 83 años y víctima de complicaciones cardíacas falleció esta noche en Barranquilla el prestigioso locutor, director y libretista radial, Alvaro Ruiz Hernández.

Nacido el 23 de agosto de 1933 en el barrio San Roque, Ruiz Hernández marcó hechos históricos en la radio colombiana.

“Era un hombre de pocas amistades, serio, augusto, capaz, creativo. Buen locutor y tenía todos los dotes de libretista y productor radial”, describió su amigo Eduardo Rey Hernández Vega, también con gran trayectoria en la radio nacional.

De su propios datos biográficos se destaca que inició como locutor profesional en 1957 en Emisoras Unidas y 3 años más tarde se vinculó  a Radio Pacífico de RCN en Cali, siendo trasladado poco después a Emisora Nueva Granada, entonces matriz de la misma cadena radial.

Regresó a Barranquilla, a Emisoras Unidas, por sugerencia de su amigo Marcos Perez Caicedo (q.e.p.d.) y luego trabajó para Radio Reloj, la Voz de Barranquilla y Radio Vigía, como director artístico, libretista, locutor de cabina, de noticias, de comerciales, deportes y eventos especiales.

El arte dramático lo estudio en la academia del argentino Fernando Arango.

Su gran fama la adquirió tras ser contratado por Emisoras Riomar, que lo contrató como libretista, director y actor del elenco Todelar de la Costa.

Allí se hicieron famosas sus obras como ‘Código del Terror’, ‘La Ley Contra el Hampa’, ‘Los Indomables’, ‘Casta de Valientes’, ‘Historia de una Canción’, ‘Riomarilandia’, ‘Vaudevil Riomar’, ‘Retablo de Navidad’ y su trabajo en la gran serie de ‘Kalimán’.

Tanto el ‘Código del Terror’, ‘La Ley Contra el Hampa’ como ‘Kalimán’ dejaron huellas en la radio barranquillera. El primero por historias de suspenso, el segundo por relatar hechos judiciales y el tercero por llevarle a los oyentes historias cercanas del héroe y su entrañable ‘Solín’.

En su perfil Alvaro Ruiz Hernández reflejaba su actividad.

Su trabajo fue distinguido por Antena de Oro, Ondas de la Radiodifusión Mundial (España) mientras que el ‘Código del Terror’ fue catalogado como el programa más original de la radio por Actores de Costa Rica (Acos).

También escribió ‘Personajes y Episodios de la Música Popular y de la Salsaen Colombia’, ‘Discos Fuentes: una empresa y una historia’ y para la Cámara de Comercio de Barranquilla ‘Historia de los Foros del Carnaval’, al lado de Esthercita Forero, Rafael Campo Miranda y Francisco Zumaque.

Ruiz Hernández también se convirtió en un referente de la historia barranquillera. De hecho, a través de su cuenta de Facebook realizaba ejercicios con sus seguidores, que denominada “la preguntica del fin de semana”.

La más reciente, el sábado 6 de agosto, fue la siguiente: “No por querer decir algo más de lo que debiera, sino porque es absolutamente necesario para la comprensión de la pregunta, debo iniciar haciéndoles saber que en cierto tiempo pasado al barranquillero le gustaba mucho cantar sin pretensiones ni propósitos de ser estrella sino solo por diversión. Eran únicos para cantar en el baño cosa que ya nadie hace, y como eran pocas las oportunidades de aprenderse las canciones de moda, alguien se inventó la varilla de los llamados "cancioneros" que presentaban las letras de los hits parades de entonces. Hubo uno que mensualmente obsequiaba un medicamento sencillo que se conseguía en cualquier tienda, y que llevaba el nombre del laboratorio que lo fabricaba. Cómo se llamaba ese cancionero? Ojo! No mencionen el nombre del producto porque pierden el año. Solo el laboratorio. Adelante pues, y Dios los coja confesaos”.

Luego absolvió el interrogante: “La respuesta es Cancionero Picot, no Cancionero Sal de uvas Picot ni cancionero Laboratorios Picot, simplemente Picot es la respuesta, se sobre entiende que es Cancionero, y a quienes contestaron Cancionero Picot igual que a los que dijeron simplemente Picot, se les anotó aciertos igualmente. No así a varios que contestaron Laboratorios Picot porque la revistica no se llamaba cancionero Laboratorios Picot sino repito: Cancionero Picot solamente”.

Esta semana, Ruiz Hernández registró lo que serían los últimos tres hechos: el cambio de ‘look’ en su perfil, el nacimiento de su nueva nieta Martina y un comentario sobre su más reciente crónica en la que narra la desvalorización de la moneda frente al ‘billete’.

“Amigos: gracias por tan buena acogida a mi nueva foto del perfil, pero no olviden leer mi más reciente crónica "Muerta la moneda se acabó el billete". Con cariño”.

Esa crónica concluye así: “Cambie el vocablo por billete y habremos viajado a la época actual en la que el billete es tan pobre en su poder adquisitivo que se menciona el "billete largo", "billete adulto" etc. Bueno amigos, la salvedad de siempre, terquedad mía porque no sirve pa' un carajo, que no puedo mencionar todo porque no cabría en esta ni en varias crónicas más. Que cuando el boli valía 25 cvs y la gaseosa 20 cvs, que el pasaje que yo pagué a 6 cvs, se había elevado a 15 cvs en el 61, y otras cosas; por eso hasta el refrán cambia. Ya no es cuiden los centavos que los pesos se cuidan solos, ni siquiera cuide los pesos que los miles se cuidan solos, debiendo ser entonces "cuida los miles que los millones se cuidan solos".

Paz en su tumba para Álvaro Ruiz Hernández.

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